Arco Iris
Después de la tormenta siempre llega la calma y además si comienza a salir el sol siempre puedes ver el Arco Iris... ese que al final guarda una olla lleeeeeena de monedas de oro custodiada celosamente por un gnomo.
Pues sí!!! parece que se acabó la temporada de tormentas y el sol, en su condición de astro rey ha acabado con los relámpagos y los truenos, regalándome además alguno que otro de sus rayitos que comienzan tímidamente, a iluminar mi sonrisa.
No creo que haya más capítulos sobre mi matrimonio, quizá alguna línea para no dejaros sin saber por qué este cambio en mi decisión... es fácil y difícil al mismo tiempo, como parece ser que es mi personalidad, controvertida y antagónica... eso dicen.
Lo que pasa realmente, es que después de 4 (o han sido 5?) días llorando sin consuelo me he dado cuenta de que yo he dado todo por mi marido y mi matrimonio, he dado tanto que me he olvidado de mí misma y ahí es donde está mi error porque ahora ando perdida, búscandome desesperadamente; el caso es que a cambio de todo lo que yo he dado no he recibido nada, nada, absolutamente nada.
Empiezo a ver las cosas con distancia y me doy cuenta de que he sido manipulada con chantajes emocionales, con llantos, haciéndome sentir culpable por tal o cual cosa, que han manejado mi tiempo, mis deseos, mis gustos, incluso mis necesidades y parece que todo el mundo era consciente de ello menos yo, según mi hermana Ro, ahora que no estoy bajo su influencia, negativa y gris empiezo a recuperar mi voz... cómo es posible que hasta perdiera el tono de mi voz cantarina, cómo siempre la ha calificado mi padre!!!
Se acabó, ya no habrá más llantos por un matrimonio que sólo fue una farsa... bueno vamos a dejarlo en una de esas películas épicas y con trágico final, donde Ricardo ha sido guionista, director y actor principal.
Esta vez no vamos a dejarlo en tablas, esta vez no, en esta ocasión yo he sido la única vícitima, yo he sido quien ha perdido todo, la ilusión, la energía... me he perdido incluso a mí misma.
Esta vez no.
Este es el PUNTO FINAL, de un matrimonio que nunca me hizo feliz.
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