Kilómetros
Ayer preparé mis zapatillas de caminar… las miraba pensando en la cantidad de kilómetros que tengo por delante, más de seiscientos…
Ellas ya saben lo que es el Camino, ya me han acompañado en otras ocasiones por eso las quiero tanto, porque cuidan de mis pies y casi podría decir que se convierten en los zapatos de Dorothy en el Mago de Oz, caminando por la senda mágica de baldosas amarillas… y antes de darme cuenta, casi levitando, me veo al final de la etapa del día…
Si hablaran… qué contarían de mi?? Que arrastro los pies?? Que puedo volar??
Ellas saben que mientras mis pies me llevan, paso a paso, mi alma vuela por encima de las nubes… es lo que tiene el Camino, te absorbe con toda su energía y te convierte en Camino, Tú eres, Tú haces, Tú creas el Camino… el tuyo propio, porque a pesar de que todos los peregrinos sigamos las flechas amarillas, cada uno las mira con Sus ojos, las siente con Su alma y pisa las piedras, la yerba, el asfalto… con Sus propias zapatillas…
Cuando hablo o cuado escribo sobre el Camino siento tanta felicidad!!!, quiénes me han escuchado o leído dicen que le pongo tanta pasión a mis palabras que sienten que quieren hacerlo… que el Camino les llama…
Explicar qué se siente no es fácil, mucho menos, si se olvida la pasión…
Puede parecer que soy una fanática, una loca… lo sé, pero si alguien quiere comprobar mi total cordura y tener esta sensación de plenitud, es tan sencillo como calzarse unas zapatillas, cargar tu mochila con lo imprescindible y caminar… caminar por la Senda de las Estrellas…y dejar que el corazón te lleve, escuchar el silencio, los latidos de tu corazón acompasados con tus pisadas y respirar energía…
No sigo contando porque si no, los albergues estarán repletos durante el próximo mes de julio…
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