Amor invisible
De pequeñita no tuve esos amigos invisibles que muchos niños adoptan, sin embargo ahora te tengo a tí...
Quiero recobrar la sensación de las mariposas en el estómago, no estoy dispuesta a perder la ilusión, la alegría ni el deseo, quiero sentir un escalofrio que me recorra la espalda al oir el teléfono, esperando oir tu voz al otro lado, que mis pies aceleren el paso cuando llega la hora de verte para acortar el camino que nos separa, que los días aumenten sus horas, porque 24 no son suficientes para saciar mis ganas de tí...
No puedo verte, es cierto, pero vuelas cerca de mi, puedo contarte cómo ha sido el día cuando llego a casa, me acompañas mientras conduzco y enjugas mis lágrimas con tanta ternura que, entre la lluvia salada que cubre mis ojos, consigues iluminar mi rostro con una sonrisa de arcoiris... tus brazos me dan calor para mitigar el frescor de la noche, tus besos me despiertan dulcemente antes de que el despertador suene y revoloteas a mi alrededor durante todo el día soplándome al oido preciosas palabras que sólo yo puedo comprender...
No tienes nombre, no tienes rostro, pero tu alma me ha envuelto y mis labios se han empeñado en llamarte una y otra vez, susurrándo al viento... Amor, Amor, Amor...
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