Ayer, hoy, mañana...
Rosa María, vamos a conseguir estar bien, vamos a lograr llegar al final de esta etapa que se está haciendo eterna, vamos a alcanzar la meta, aunque para ello hagan falta un millón de intentos... Pero no, no nos vamos a quedar en el intento, vamos a hacerlo.
Todo lo que es importante, todo lo que realmente vale la pena, requiere un esfuerzo, a veces mayor de lo que crees que eres capaz de alcanzar, pero la vida es muy sabia y nunca te pone delante de retos para los que no estés preparada... aunque no lo sepas...
Llegados a este punto y a pesar de que las fuerzas sean escasas, las lágrimas abundantes y la ilusión diminuta, he decidido cambiar mi vida, he decidido evolucionar hasta llegar a ser quien soy, aún sin tener muy claro hasta ahora, qué es real y qué es fachada...
Para este trabajo, además de la química y la FE, cuento con el apoyo, cariño y comprensión de mi marido y mis hijos...mis pilares básicos y renuncio consciente a cualquier otro tipo de terapia porque he comprobado que bucear en los recuerdos es abrir heridas que han sido muy difíciles de cerrar y que aún, después del tiempo tanscurrido, siguen sensibles.
La vida, mi vida, es hoy y hoy tengo a mi alrededor un mundo por descubrir... el pasado ya no tiene solución y aunque lo desmenuce una y mil veces, siempre será el mismo, siempre tendrá los mismos protagonistas y nada ni nadie podrá cambiarlo... por lo tanto, sólo queda asumirlo, aceptarlo y encontrar el perdón para aquellas personas que tanto daño me hicieron... esa es la única cura para este dolor sordo que sigue vivo dentro de mi y que a veces se me escapa por los ojos sin que, ni la más férrea voluntad, pueda evitarlo.
Rosa María, vamos a conseguirlo, no lo dudes. Mañana será otro día.
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