Volar
Qué envidia me dan los pájaros!!! Qué felicidad poder volar libre y sin angustias!!!
Cuando sientes que en tu estómago se ha instalado una lavadora en permanente estado de centrifugado, cuando tu cabeza no entiende si es de día o de noche, si toca dormir o trabajar y se limita a girar alrededor de pensamientos que tú, de forma consciente, intentas barrer; es el momento de cambiar el rumbo... y entonces aparece la PREGUNTA: Qué tengo que hacer????? y a ésta que es la principal, llegan asociadas otro millar que lo único que consiguen, en lugar de ayudar, es enrrollar aún más la madeja.
Ahí estoy. Como un indefenso gatito delante de un gigantesco ovillo de lana que, si de algún modo no encuentro remedio, acabará por engullirme. Curiosamente, situaciones como ésta ya las he tenido en mi vida y nunca antes me he sentido tan perdida y asustada como en esta ocasión, será la edad??, será el cansancio?? quizá, la absoluta falta de ilusión???
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