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Diario de una secre

Richard, otra vez

Richard, otra vez

Tengo los ojos hinchados de tanto llorar....

Ayer cuando empecé a recordar nuestro matrimonio para poder continuar con esta terapia, acabé llorando sin consuelo y recogiendo las dos últimas fotos que quedaban de él, que por otra parte, eran de nuestra boda, repitiendo sin cesar, mentiroso, mentiroso, mentiroso.......

Ricardo y  yo nos conocimos de una forma muy romántica, por teléfono... según él, y dadas las circunstancias vamos a dejarlo en la cuarentena de la verdad, se enamoró de mi voz, dulce, alegre, como con música, de mi risa... porque era una voz que esperaba desde hacía siglos...

Antes de continuar, he de explicar que Ricardo es una persona que se ha quedado anclado en una época, como él mismo reconoce, a finales del siglo XIX, un tiempo romántico donde los caballeros se batían en duelo por cosas tales como el honor o el amor y las damas, dulces, frágiles y recatadas pasaban de ser "propiedad" de su padre a serlo de su marido... Para mejor comprensión. su ídolo es Cyrano de Bergerac, con todas las connotaciones que lleva el personaje.

Una vez aclarado ésto, continúo con esta novela inacabada, algo que cómo veréis más adelante tiene sentido literal no es una frase más en este maremagnum de pensamientos.

Un día, decidimos conocernos y así poner cara a la voz, que siempre según Ricardo, era la del amor de su vida, la mujer que siempre había esperado y decidimos vernos en un lugar que luego sería el escenario de nuestras fotos de boda, siguiendo así, el más completo guión de novela romántica, le esperé en el Templo de Debod... y allí apareció un hombre con aspecto bohemio, romántico, como salido de una buhardilla del Quartier Latin de París... de ahí que a partir de ese momento le cambiara el nombre y para mí siempre haya sido Richard.

Pasaron los meses, yo me sentía entre una mezcla de "La dama de las Camelias" y "La Bella Durmiente", cada día hablábamos como 850.000 veces, pero en lugar de agobiarme, me encantaba y deseaba ver su número en la pantalla del teléfono.  Meses después, me descubrí viviendo en su casa con una rodilla inmovilizada y él cuidando de mi amorosamente... tengo que reconocer que fue una etapa muy bonita en la que me sentí cuidada y querida, aunque utilizar la palabra amada, relamente no me sale...

A los tres meses de conocernos decidimos fijar la fecha de nuestra boda, el 19 de abril de 2002, para no faltar a la verdad, tengo que confesar que fui yo quien queriendo dar una sorpresa lo solté así, como quien dice "me he comprado unos zapatos" delante de sus hijos, y ya lo creo que fue una sorpresa!!! casi podría asegurar que todavía no se han recuperado del susto.

El caso es que seis meses antes de nuestra boda y para ayudarme económicamente (vaya eufemismo) Richard se mudó a mi casa, todo iba bien, mis hijos estaban contentos, y yo estaba feliz, mi caballero de chistera y bastón me dejaba cada mañana un poema de amor sobre la mesilla de noche...y yo vivía dentro de una novela de Corín Tellado.

Así las cosas empecé con los preparativos de la boda, por fin iba a hacer realidad el sueño de aquella niña, con traje de novia, invitaciones, banquete y ... hasta luna de miel!!! no me acompañó mi  madre como quizá, habría sido lo lógico, lo hizo una amiga, elegimos alianzas, flores, banquete... todo y todo parecía parte de uno más de mis trabajos de organización, de los muchos banquetes o eventos que he organizado en mi vida profesional, pero no!!!!!!! esta vez ERA MI BODA, aunque yo no era muy consciente ello.

La familia de Richard no vendría a nuestra boda... su madre por razones que aún hoy no tengo nada claras, ella cuenta una cosa y él otra.   Según la versión del que sería mi marido, su madre no quería conocerrme, no quería saber nada de mi y le puso en la tesitura de elegir entre ella y yo, evidentemente un caballero romántico se decidé por su dama!!! y así fue como renunció a su familia "por mi" cuántas veces me ha echado en cara que por mi amor se veía sólo, sin familia!!! y que culpa tenía yo??? jamás se me habría ocurrido sugerirle semejante barbaridad, nunca habría yo tomado decisión tan drástica... pero esto forma parte del guión de la novela...

Así las cosas, llegaba el día de la boda y ni los papeles del divorcio, ni la confirmación civil de mi anulación llegaban al registro... ahora soy consciente de que eran señales del destino que se empeñaba en hacerme ver que iba a cometer un error, pero uno de mis grandes defectos es que soy una cabezota y como me empeñe en algo....

Finalmente me puse mi vestido, precioso!!!!, mi padre el padrino, vestido de gala, de militar con todas sus medallas en el pecho, mi hija la madrina, bellísima y como no podía ser de otra manera a mi lado como en todos los momentos impotantes de mi vida, mi hijo, con sus nueve añitos, enfundado en un frac, pajarita y flor en la solapa, llevando las alianzas... miro esa foto y no sé si Richard fue consciente alguna de vez de que no sólo se casaba conmigo sino que también lo hacía con mis hijos...

Sus hijos, sin embargo, la única representación de su familia, aparecen en una foto, sólo una, con un semblante que más se diría que estaban en un funeral que en el lugar donde vivirían, supuestamente,  el día más feliz de la vida de su padre.

Nuestra luna de miel fue en París, 10 preciosos días en la ciudad de la luz, una auténtica luna de miel, pero de regreso a la realidad, todo se me reveló de repente y fui consciente de que había cometido el mayor error de mi vida, no había ninguna razón evidente, ni especial, ni única, simplemente una percepción, como si al llegar a casa para retomar la vida diaria y cotidiana una vocecita me susurrara al oido que no había elegido al compañero adecuado... Dios mio!!!! nada hay tan cierto en mi matrimonio como que no era el compañero adecuado...

Esto va a ser más largo de lo que yo pensaba porque otra vez las lágrimas me impiden ver las letras....

1 comentario

concha cabrera pastor -

eso es exactamente,lo que me oasò a mi,despues del viaje de novios que curiosamente fuè en ALICANTE,y me dì cuenta del error que habia cometido.