Aprendiendo a olvidarte
Nunca dejará de sorprenderme el Camino!!!
Nunca lo he dudado pero, esta vez más que nunca, es evidente que el Camino te muestra el camino que has de seguir.
Cada paso, cada piedra, cada peregrino que me he cruzado me han recordado a ti... me daba la sensación de que caminabas a mi lado, de hecho en más de una ocasión me he parado para volverme porque hubiera jurado que escuchaba tus pasos... pero no!!! y esa sensación ha sido dolorosa hasta el infinito, creer que nada había cambiado por un momento, que había regresado al pasado, hace apenas tres años cuando estábamos andando juntos, de la mano... y de repente, darme cuenta de que no estás ni estarás más nunca a mi lado, ha sido demasiado duro para mi, para mi corazón, para mi alma y en Santo Domingo de la Calzada mi pierna, siguiendo, supongo, el dictado de mi alma se negó a seguir obedeciendo y no quiso sostenerme más...
Sin querer regresar a casa pensé que la mejor solución era quedarme en algún albergue pero siendo domingo no me quedaba más que esperar para hablar con Anaí... en la catedral, acompañada por los gallos, lloré, lloré y lloré sin saber qué hacer, donde poner mi dolor y cuando volví al albergue, casualidades de la vida o quizá no, Anaí estaba aquí!!! le conté mi situación y me ofrecí como hospitalera donde hiciera falta... otra casualidad más... la persona que debía llegar al día siguiente, acababa de llamar para decir que no vendría!!!
Así que mi Camino ha cambiado y en lugar de ser yo quien se mueve es el Camino que lo hace por mi...y me lleva con cada uno de los peregrinos y bicigrinos que pasan por aquí y me regalan, una sonrisa, una lágrima, una ampolla y montones de besos y abrazos...
Curiosamente en este mundo que es tu "habitat natural", es donde más evidente se me hace tu ausencia y es aquí donde cada día aprendo a vivir con tu recuerdo y a convivir con el sentimiento que, de momento, se ha quedado anclado en mi corazón y hace que no pueda levantar el vuelo con suavidad... tarde o temprano volaré, volaré porque hubo un día que aprendí a volar sin alas.
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éternel ancien amour -
oscar -