Silencio

Todo está en silencio... ahora mismo más de 90 personas de diferentes nacionalidades, cada uno con sus sueños y frustraciones, están durmiendo bajo el mismo techo...
Mañana les espera a todos un día largo de sol, cansancio y dolor aunque, seguro, también habrá risas y besos...
Cada día les veo llegar, arrastrando los pies, algunos inundados en llanto, otros cojeando, y también y por suerte, muchos riendo y con cara de felicidad absoluta, al fin y al cabo esto no es otra cosa que el reflejo del mundo real... Casi todos los días, por razones que desconozco, algún peregrino/a me busca y me pide un ratito para hablar conmigo... esos son los momentos más bonitos porque es cuando se dejan querer, cuando te miran pidiendo un abrazo y cuando dejan que las lágrimas corran sin ninguna verguenza, no importa la edad que tengan, no importa que idioma hablen y mucho menos si es hombre o mujer, todos son y se sienten niños que necesitan que alguien les escuhe y les mime y les haga sentir por un ratito que son únicos... lo que ellos no saben, o puede que sí, es que me están haciendo el mejor regalo del mundo...
Estar aquí es algo que no esperaba, por alguna razón, aquí es donde debo estar y por eso, cada día lo empiezo llena de ilusión y atenta a descubrir qué es lo que el Camino guarda para mí esta vez, porque estoy segura que, en esta ocasión, es una lección que en ningún otro lugar podría aprender, sólo espero tener la agudeza suficiente para que no me pase desapercibido...
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