Ante todo, siempre, mucha calma
Ya estoy de vuelta en mi vida, mi trabajo, mi casa y mi rutina... pero soy distinta a la que se fue.
Antes de marchar creía que había superado mi separación, que nada quedaba de los sentimientos que pudieran hacerme daño... nada más lejos de la realidad!!
El amor que sentía y que siento por Richard sigue aquí, no se ha marchado pero ahora hay una diferencia muy, muy grande y es que acepto que así sea, asumo que le quiero con toda el alma, no sé por qué, pero es algo que no puedo evitar y que, de momento no sé como barrer así que como ya he escrito en alguna ocasión lo tomaré como un resfriado del que poco a poco iré recuperándome, una enfermedad que me dejará cicatrices, de eso no tengo duda, pero al menos me ha dejado algo muy claro, mi capacidad para amar, idependientemente de que mi amor sea correspondido y valorado o no.
Ahora tengo una serenidad que antes me faltaba para aceptar esta situación, ahora no corro, por fin!! no tengo prisa por olvidar, no tengo prisa por cambiar las cosas, todo tiene su tiempo, su momento y es una lección que, aunque me ha costado mucho tiempo y muchas lágrimas aprender, creo (y digo creo porque aún no estoy absolutamente convencida de mi aprobado) que finalmente no olvidaré.
Sigo llorando y seguiré haciéndolo hasta que amanezca un día en que pueda sentir este amor sin dolor y, en lugar de con lágrimas, pueda recibirlo con sonrisas.
Como dice mi sabia y gran amiga Petra, yo no busco, sólo espero y estoy convencida de que la vida me traerá todo lo bueno que me tiene guardado.
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