Compañero del alma

Así define Miguel Hernández en un bellísimo poema a su amigo Ramón Sijé, así: "Compañero del alma, compañero" y eso es, sólo y exclusivamente, lo que yo siempre he deseado...

En estos últimos tiempos estoy dándome cuenta de la superficialidad del mundo... lo más importante es el aspecto físico, un 90-60-90 en las mujeres, un cuerpo musculado en los hombres... esto a primera vista, si en este mundo moderno, los amigos los haces en un chat tienes que estar preparada para un cuestionario que empezará con el manido "cuántos años tienes?" y acabará con un estúpido y absurdo "descríbete físicamente"... No se dan cuenta que puedes describir a la modelo de la portada de la revista que tienes al lado??

La belleza es el reflejo de lo que está dentro de tí, de tu alegría, de tu paz, felicidad y sentimientos... de qué sirve un "cuerpazo" si eres mala persona? si no hay conversación?

El cuerpo no es más que un envase y a todos, hombres y mujeres, el tiempo nos pasa factura, tenemos arrugas, la gravedad hace su trabajo sin remedio y perdemos la vitalidad de los veinte años... Entonces, no será mucho más enriquecedor e interesante tener cerca a alguien que, para cuando el cuerpo ya no dé más de sí, pueda ofrecerte una buena conversación, unas risas y una mano cálida que te recuerde que no estás sola??

En esta nueva etapa de mi vida, si he de ser sincera, tengo días en los que estoy segura de que no quiero tener cerca de mi a ningún hombre y hay otros en los que pienso que me encantaría encontrar a un compañero, buen conversador y divertido pero esta opción, que para mí es la única válida, es la más difícil, teniendo en cuenta la situación del género masculino.

Es cierto, que he perdido la confianza, como también es verdad que nunca puede asegurarse cual será tu reacción en un momento determinado... supongo que, como siempre, todo dependerá de los cientos de variables que matemáticamente, dirigen tu vida... espero que mi angelito de la guarda, ese día, si llega,  tenga ganas de multiplicar y no de dividir.