El país del amor
La más asidua de mis lectoras disfruta con las cartas que he empezado a escribirte, quizá porque en el fondo todas la mujeres deseamos encontrar un amor como tú, tal vez porque las palabras que lanzo al viento para que te las haga llegar, son las mismas que muchas quisieran decir sin rubor, sin parecer protagonistas de una novela rosa y sobre todo, sin sentir como sus parejas las miran con... digamos, sorpresa??
Es cierto que yo soy muy afortunada porque tú estás en un lugar donde estas cosas no son una razón para avergonzarse, tú existes en un mundo donde habitan personajes que han vivido el amor hasta sus últimas consecuencias, un lugar donde las horas son medidas por los latidos de un corazón, un país ajeno a las traiciones, a los celos, a los desengaños...
Tú, amor, tienes la llave para abrir la puerta de ese mundo que se llama felicidad, una llave que es mágica y peligrosa porque tiene la facultad de abrir otra puerta, la del otro lado, la oscura, fría y dolorosa, la puerta del desamor...
Mantén esa otra cerrada, por favor, no la abras, no dejes que el viento helado escarche mi alma y la convierta en cristales cortantes... guárdame entre tus brazos y abrígame con tus sonrisas.
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