Intersección de conjuntos

He hecho varios intentos de escribir hoy, pero parece ser que las palabras no tienen ganas de salir... será porque ya hace frío y prefieren quedarse en el fondo de mi garganta o en el último rincón de mi cabeza.

Me gustaría mirarte y decirte todo lo que pienso, cada una de las frases que he hilado muchas noches mientras estaba en ese estado de duermevela que a veces, es el más adecuado para ser consciente de ciertas cosas que, en estado de consciencia absoluta, escondes y escondes debajo de un millón de pensamientos.

En este blog he ido desgranando, mis recuerdos, mis miedos, mis deseos, mi dolor..., en definitiva, mi vida, una vida que en estos últimos meses ha dado un giro de 180 grados para convertirse en una serie de acontecimientos que nunca jamás hubiera imaginado, sin embargo, aunque en estas frases está mi alma desnuda, hay quien sólo ha visto un ataque directo y sin piedad... nada más lejos de mi intención!!!

Esta noche he tenido una visión... he ensayado una vida juntos.  Me armé de valor y crucé el rio contra corriente y sabes qué sucedió? Al poco tiempo se reprodujeron las diferencias, los malos entendidos, los desencuentros, tus ojos rehuían los mios, desapareció, otra vez, el deseo y volvieron los reproches, las lágrimas y los lamentos...

Quizá sólo haya sido el reflejo de mi falta de confianza, de las experiencias vividas en los últimos tiempos pero hay algo que tengo muy claro: NO!! no quiero volver a esa situación.

Cada uno de nosotros, cada una de las personas que habitan en este mundo, tenemos nuestras necesidades, nuestros deseos y metas, es cierto.  En una relación de pareja y utilizando un símil matemático, esos mundos deben convertirse en dos conjuntos diferentes pero que tienen una intersección de elementos en común.  Cada uno su propio mundo, independiente; pero dentro de ese universo, un lugar común de encuentro, si esa intersección no es más que un "conjunto vacío", no hay, lamentablemente, nada que hacer.

El tiempo, "ese juez insobornable que pasa inexorablemente", como alguien lo definió hace muchísimo tiempo, sabrá colocarnos en el lugar y tiempo exactos para que nosotros, dentro de esa facultad de "libre albedrío" vayamos donde nos dicte el corazón.