Colorín, Colorado
Colorín, Colorado... así es como terminan los cuentos.
A mi me gustan más los que acaban con el "... y fueron felices y comieron perdices", pero este final es difícil de encontrar incluso en el mundo de la fantasía donde todo es posible.
Hay historias que acaban, a veces, antes de empezar y a pesar de la ilusión que se siente al abrir el libro con su olor a nuevo, de las esperanzas que pones en los personajes, de las mil opciones que aventuras sobre la historia ilusionándote con ellas... cuando inicias la lectura, cuando poco a poco la historia se va desplegando ante tí, te das cuenta que no es lo que esperabas y que el príncipe, no es azul...
Mi padre siempre dice que si te decepcionas es porque has puesto demasiadas espectativas, que no debes esperar, de nada ni de nadie, algo que esté por encima de sus posibilidades, para eso hay que vivir con los pies en la tierra y evitar idealizar el futuro... sencillamente, vivir los días de uno en uno.
Esta lección no acabo de aprenderla y siempre cometo el mismo error, invento la historia que está atrapada tras las tapas del libro a partir del título y evidentemente, el cuento nunca es como yo lo hubiera escrito por una simple razón... los personajes, aunque no lo creas, tienen vida propia y toman sus deciones aparte del propio autor...
Como decía Porki: "Esto es todo amigos"!!
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Marie Cecile -