Torero!!!!
Hace unos días me caí del caballo. Un caballo joven y brioso, lleno de chispa, quería mandar, me puse nerviosa y olvidé la técnica más elemental... ante todo, mucha calma...
Os cuento esto, porque yo siempre he dicho de mi misma, que soy como una yegüa salvaje a la que hay que saber montar, sin sujetarse a la silla y con las riendas largas... no es fácil, lo sé, pero he tenido la suerte de encontrar al jinete perfecto... tan perfecto, que parece un rejoneador de los de alta clase.
No me domina, si quisiera hacerlo le tiraría de la silla; no me obliga a ir por el camino que él elige, me lo muestra para que yo decida tomarlo; no marca el ritmo, se adapta al mio... al menos eso me parece a mi, podéis imaginar su maestría!!! Me hace bailar y me siento feliz... y cuando me pongo nerviosa y hago algún quiebro extraño, él no olvida el principio y mantiene la calma para contagiármela...
A veces le digo que tiene el temple de los toreros, porque, los que me conocéis, sabéis bien que en un arrebato, mis embestidas pueden ser peligrosas, sin embargo, con todo el arte del mundo, me hace un pase de pecho y yo acabo, consciente de su faena, riéndome y admirándole cada día un poquito más.
Si, es cierto, estoy enamorada, enamorada como no creí que se pudiera estar, un amor maduro y sereno pero juvenil y alocado, que me coloca en un estado de plenitud, nunca hasta ahora conocida.
Mi teoría de las cajitas debe tener algo de cierto porque mi "cajita blanca" contenía el más maravilloso regalo que nunca hubiera podido esperar... TÚ
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Kike -