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Diario de una secre

Flechas amarillas

Flechas amarillas

Los que habéis leido mi blog desde hace tiempo, sabéis que soy una enamorada del Camino y que muchas de las cosas que suceden en la vida cotidiana tiendo a compararlas con el propio Camino.

Hoy quiero hacer una reflexión sobre las flechas amarillas, esas que van mostrando el Camino poco a poco y que están colocadas a lo largo de todo el sendero para que no te equivoques... esas flechas que a veces son esquivas y se esconden y no las ves por más que miras...

No son las señales las que no se dejan ver, eres tú que no estás mirando de la manera adecuada, eres tú que has cerrado los ojos aunque puedas ver, porque los importantes, los que de verdad te llevan por donde debes ir, son los ojos del corazón... y lamentablemente, esos, los importantes, los imprescindibles, normalmente no están abiertos, o como mínimo, no están habituados a mirar.

En la vida, en este Camino que tiene una etapa cada mañana al amanecer, las señales también existen, a veces las tienes cada dos metros, y sin embargo no las vemos y nos equivocamos de dirección... en realidad eso no es malo del todo, porque también se aprende de los errores, y cuando finalmente somos conscientes de ello, ponemos más interés y más corazón a cada paso, de modo que las señales, nuestras particulares flechas amarillas, aparecen como luminosos...

Durante las primeras etapas, cuando tus ojos aún no se han abierto debes buscar pero cuando poco a poco, te vas abriendo al Camino a tu propio camino, se ponen frente a tus ojos, aparecen casi sin mirar, da igual donde estén colocadas, ni siquiera es importante a la altura que estén... es increíble pero ellas solitas se van mostrando para llevarte por el lugar adecuado...

Desde mi experiencia, puedo decir, que en la vida sucede exactamente igual, cuando, como decía el Principito, abres los ojos que ven bien y te dejas llevar y aparcas el miedo y te dedicas a repartir sonrisas, la vida se abre como un grandísimo regalo y te devuelve felicidad, paz y alegría.

En este mundo tan materialista en el que vivimos, esta filosofía te vale el cartel de iluso o de soñador porque hay demasiados intereses creados a nuestro alrededor, pero no olvides que la Ternura abre todas las puertas, que el Amor es el verdadero dueño del mundo y que la Sinceridad nunca, nunca, te fallará.

Caminante, Buen Camino!!

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