La vida
Subimos, bajamos... vamos, venimos... caemos y nos levantamos... una vez, y otra, y otra más, todas las que hagan falta...
Esta es la vida y está hecha para los valientes y todos, TODOS, somos valientes, a veces por circunstancias se nos olvida y para recuperar el equilibrio, para no caer, adoptamos la posición de los "bichos bola", nos encogemos, agachamos la cabeza, buscamos protegernos con nosotros mismos... pero una vez que sentimos que las cosas vuelven a su lugar, nos vamos desperezando hasta recuperar la verticalidad, respiramos hondo, ponemos la sonrisa... motor indispensable, y seguimos.
Si no nos equivocamos no aprendemos, si dejas pasar los errores sin más, sin analizarlos, sin asumirlos, no sirven de nada... y la vida, volverá una y otra vez a enfrentarte con aquello que te asusta, que no eres capaz de gestionar... así hasta que finalmente puedan darte un aprobado y no basta con un suficiente!!!
Hace unos pocos días, mi hijo, diecinueve años llenos de ilusiones e inocencia, de proyectos utópicos y desacuerdo con este mundo, me dio una lección... me ayudó a mirar con perspectiva y una gran dosis de humor una situación que me humilló hasta lo más profundo... Tengo suerte, muchísima suerte...
Los juicios y valoraciones deben ser analizados desde donde vengan, por quien son emitidos y en qué circunstancias... nadie, absolutamente nadie, debe tener el poder de afectar a tu propia autoestima, porque... hay alguien que nunca haya cometido un error??
Mi mayor orgullo, el mayor logro de mi vida, está ahí para recordarme a diario que vale la pena... sus principios, sus ganas, su valentía, sus sonrisas, sus abrazos y mil maneras de darme las gracias, eso... me hace pensar que cualquier obstáculo es tan sólo cuestión de tiempo y de paciencia... mi gran asignatura pendiente...
Gracias, gracias en general, porque ser agradecidos es primordial en la vida, gracias por darme todo lo que tengo, gracias por ser quien soy, gracias por todo lo que he vivido y aprendido, gracias por todo aquello que queda por llegar, gracias por todas las personas maravillosas que cada día se cruzan en mi camino y me regalan una sonrisa, gracias por las heridas que puedo ayudar a curar y gracias, mil gracias, por cada segundo que puedo disfrutar de esta vida.
Nadie dijo que fuera fácil, pero las batallas que se pierden son aquellas que no se enfrentan.
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