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Diario de una secre

Salida de emergencia

Salida de emergencia

Hace meses decidí tomar la salida de emergencia... al principio fue casi un arrebato, una manera de hacerme creer que lo que estaba pasando a mi alrededor no sería eterno, sin embargo ahora es algo que, cada vez, es más real...

Durante toda mi vida intenté sonreir, poner buena cara a los malos tiempos, nunca quise rendirme y he luchado por sacar adelante mis sueños poniendole pasión a cada uno de mis actos, quizá lo hice con tanto impetu, con tanta fuerza que se me ha gastado y ya no queda nada

Asumir que el AMOR que siempre he buscado y deseado no existe, que se reduce a una relación agradable entre un hombre y una mujer, sentir que me falta empuje, fuerza, deseo y sobre todo pasión; que estoy decepcionada, desilusionada, desesperanzada... todo esto junto, se ha convertido en un ovillo, que yo, amante de deshacer nudos,  me veo incapaz de gestionar y esa puerta cada vez es más luminosa y me atrae sin apenas ningún miedo...

He buscado ayuda, he pedido que me dieran la mano y me ayudaran a salir de este sendero en el que al final está esa puerta con su luminoso y, de verdad, que yo he puesto de mi parte aunque, debe ser, que lo que me quedaba no ha sido suficiente ya que ahora me veo aquí, sentada, mirando esa puerta y sólo me falta encontar la fórmula para levantarme y llegar hasta ella...

Mis hijos, la razón por la que siempre he continuado, me he levantado y he luchado olvidándome de mi misma son lo único que sigue frenando mi huida, la razón por la que sigo ahí, esperando que suceda algo que me despierte, que me zarandee y me coloque de nuevo en la vida...el dolor y la decepción que les cause es mi ancla, aunque también me digo a mi misma que por una vez y, también, que curioso por única vez, voy a ser egoista e irresponsable.

Dejaré todo el equipaje, dejaré también mi agradecimiento a todos los que, de alguna manera han aportado a mi vida, sólo espero que cuando me recuerden se queden con todo lo bueno que hubo.

Pido perdón a todo aquél a quien pudiera haber hecho daño de cualquier manera, por acción u omisión, por haber hablado de más o por no haber dado esa palabra que se esperaba... y sobre todo y ante todo a mis hijos por todo lo que no pude daros, por todo el tiempo que no pude compartir con vosotros... os pido perdón por dejaros de esta manera, siempre estaré a vuestro alrededor cuidandoos y queriendoos por encima de todo.

Hasta aquí llegué. 

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