Tormenta en mi corazón
Uff!! Soledad!!!, qué día me estás haciendo pasar!!!
Hoy siento tu presencia como una condena, me pesa tu silencio y añoro infinito una conversación plagada de gestos, de sonrisas, de miradas cómplices... esas miradas que nacen en la intimidad y se guardan como un regalo en lo más profundo de tu alma, esas miradas que con el tiempo, poco a poco van dando paso al cariño, amor y respeto indestructible que, después se muestra con orgullo en las reuniones familiares, con los amigos y en cualquier lugar del mundo porque es, sin duda, el tesoro más preciado.
No voy a preguntar más. No voy a insistir en saber cuáles son las razones, cual fue mi error y, por supuesto, no voy a ver en mi compañera, una razón para culparme por nada, porque sé que algo ha de haber escondido, esperándome, para mostrarse con algarabía de fuegos de artificio y esta situación, este periodo de, a veces, infinita y difícil soledad, es solamente el camino que me llevará hasta el lugar donde debo estar.
Hay quienes para llegar a su destino, han recorrido, física y espiritualmente, un camino lleno de dificultades, de carencias, de frío, lluvia y hambre, de incertidumbre y dolor... sin embargo hoy están donde deben estar, donde les ha llevado su caminar, su esperanza, su ilusión y por supuesto la fe, compañera insustituible ...
Lo más difícil de todo esto es gestionar estos sentimientos que, a veces, pretenden ganar la batalla y dejarme rendida, escondida en un rincón, envuelta en lamentos y lágrimas... pero por muchos esfuerzos que tenga que hacer por sonreír, por muchas lágrimas que haya de tragarme, esta nube de tormenta desaparecerá con el viento de un nuevo día...
Como decía Escarlata O’Hara ..."No voy a pensarlo ahora. Ya lo haré mañana porque mañana será otro día"...
0 comentarios