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Diario de una secre

Vivir

Vivir

Leo. Vivo vidas escondidas en las palabras.

Escribo. Invento mil vidas que quisiera vivir o tal vez, sólo ser expectadora de ellas y sentir como en una película, el placer, el llanto, la ilusión o la desesperanza, pero de lejos que así el dolor se va, se acaba cuando en la pantalla aparece el The End.

Por fin llegó el frío a Madrid, un viento helado revuelve mi pelo pero hoy, camino abrigada por un abrazo, su brazo por encima de mis hombros me atrae hacía él y me hace sentir que hoy no estoy sola, su voz de terciopelo que hace un rato me susurraba placer, ahora me cuenta historias y rie con las bromas inventadas en nuestras horas de intimidad.

Llevo tatuado su nombre, nadie más podrá verlo, nadie sabrá comprenderlo: EL UNICO, escrito de  derecha a izquierda y sus palabras pacen dibujar las olas del mar.

Olas de placer que han salpicado mis ojos y bañado mis mejillas... esta vez no obedecen al dolor, ni al resentimiento ni a la ausencia... esta vez son fruto de sensaciones olvidadas, de una electricidad que me recorre entera mientras sus ojos me miran sorprendidos ante esa tormenta, ese espectáculo de placer infinito.

Mil palabras en mil idiomas, pero hay uno universal, uno que se entiende en cualquier parte del mundo... el idioma de la piel.  Sus ojos sumergidos en los mios, buscando... qué buscas??

Qué quieres decirme cuando tus pupilas son libros escritos en un idioma que no comprendo?   Enséñame a leerlo, a escribirlo, a hablarlo...

Lo haces, dices mi nombre en tu lengua, las escribes, me explicas los signos, guías mi mano, abrazada por la tuya en el camino de Rosa... y aparace!!! EL UNICO es más bonito!!!

Pero rosa es música en tus labios y una guitarra de la que has sabido sacar mil notas inventadas por ti, para mí, para nosotros...

Te has ido. Ya no estás.  Pasarán días, semanas, meses, quizá no haya más tiempo pero eso no importa, la película está en mi cabeza y soy su dueña puedo verla tantas veces como quiera, tus caricias han marcado mi piel y volverás a mis sueños para mirarme susurrando palabras incomprensibles para mis oidos pero, sin embargo y sin saber cómo, las entiendo...

Vivir, vivir, vivir...

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