Blogia
Diario de una secre

Una lección difícil

Una lección difícil

Ya he aprendido que cuando algo no sale bien y lo vuelves a intentar y de nuevo se estropea es porque, sencillamente, no debes hacerlo.

Estaba escribiendo algo que, por lo visto, a los duendecillos informáticos y a las fuerzas ocultas de la tecnología les ha parecido negativo y sin más, lo han borrado.  No me extraña porque se trataba de aprender a decir, NO!!

Quizá lo estaba enfocando desde un prisma demasiado negro cuando en realidad es una palabra que siempre implica una liberación, ya sea de sentimientos, actitudes o responsabilidades.  Por propia experiencia puedo decir que es algo harto difícil porque hay valores, aprendidos desde niños que hacen que, esta palabra tenga tintes de tabú.

Desde la infancia, se nos enseña a obedecer, a ser respetuosos, a crecer asumiendo responsabilidades y todo ello implica que debemos desterrar del vocabulario el NO, es cierto que en determinadas circunstancias debe ser un palabra prohibida, pero si no sabemos poner un límite, el hecho de olvidarla, puede hacernos mucho daño, porque no somos máquinas frías, calculadoras y con capacidad ilimitada... todos, tenemos un nivel y cuando se rebasa, siguiendo las leyes más básicas de la física, nos desbordamos... 

Este desbordamiento suele traducirse en tristeza, lágrimas, falta de sueño, angustia y un enorme e indescriptible cansancio... todo por no saber pronunciar un NO a tiempo.

No podemos asumir el trabajo de cinco personas, no podemos ser responsables de todo lo que sucede a nuestro alrededor, no podemos evitar el sufrimiento a las personas que amamos y por supuesto, no tenemos la culpa de todo lo malo que pueda ocurrir en nuestra vida, porque si pretendemos que sea así, lo único que conseguiremos es decepcionarnos y perder la confianza en los valores y virtudes que poseemos.

A mi me ha costado muchos años asumir mis límites pero ahora que los conozco, ahora que sé hasta donde puedo y debo llegar, ahora que he comprendido que primero he de quererme y cuidarme a mi misma porque si no lo hago, no tendré la fuerza suficiente para cuidar, ayudar y proteger a los que me necesitan, ahora es muy fácil decir NO.

Cuando dices NO, no estás dejando ver tus carencias ni tu incompetencia... todo lo contrario!! estás siendo responsable y valiente.  No permitas que nadie te entierre bajo una responsabilidad que no te corresponde porque lo siguiente que intentará es que aceptes que no estás a su altura.

Este post va dirigido a alguien muy especial para mi, alguien que es el motor de mi vida, alguien que, a veces, necesita un empujón para caer del burro y aprender la lección. 

0 comentarios