Desde el silencio
Hace ya mucho tiempo sucedió algo que me hizo parar y ver las cosas desde un lugar estático... aquello me dio la oportunidad de estudiar y analizar la vida que tenía a mi alrededor, mis actos, mis errores... y con ello me proporcionó,también, la posibilidad de mejorar y cambiar mi actitud...
Hoy, debo guardar silencio y con ello estoy escuchando a todos con más atención, desde lo más profundo... incluyéndome a mí misma
Hasta ahora lo que más he sentido, y curiosamente, de las personas más cercanas, ha sido alivio por mi silencio... ¿?¿ Y esto, evidentemente me lleva a hacerme muchas preguntas y a intentar comprender, como no, el por qué...
Lo primero que se me ocurre pensar es que he ocupado demasiado espacio con mis palabras impidiendo así que se pudieran colocar otras... algo así como, un armario abarrotado en el que hay que hacer espacio para que tu pareja pueda recoger su ropa...
Fui consciente ayer, cuando tuve con mi marido la mejor y más productiva conversación que haya tenido desde que nos casamos... eso sí, totalmente inesperada y con mis escuetas respuestas escritas en una pizarra... fue cercana, íntima, dulce, sincera...
Ante esta evidencia toca hacer exámen de conciencia y desde la más sincera humildad empezar a corregir... se trata de un ejercicio de prueba/error... si con el silencio mis relaciones, las más importantes, funcionan mejor, será que tengo, ya no sólo, que elegir las palabras adecuadas sino la cantidad de ellas??? ...
Aún quedan dos días más de silencio, aprenderé a utilizar las palabras en modo, tiempo y forma?
La primera lección ya la he aprendido... creo
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